Aun
cuando el tiempo trate de arrebatarnos la indescriptible emoción
que todos los peruanos sentimos al enterarnos de que por fin la
Academia Sueca había decidido otorgarle el preciado Nobel de
Literatura a Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 1936),
quedarán perpetuados para siempre en nuestras retinas y oídos
ciertos momentos especiales que rodearon la entrega del mencionado
galardón. Cómo olvidar el desgarro emotivo que culminara con
algunas lágrimas cuando nuestro laureado escritor leyera su
discurso Elogio de la lectura y la ficción el martes 7 de diciembre
del 2010 en Estocolmo. Y cómo olvidar aquella frase que caló hondo
en los vericuetos de nuestra sensibilidad y nos hinchó de orgullo
por haber nacido en esta bendita y milenaria tierra: “Al Perú yo
lo llevó en las entrañas”1. Frase cargada de honda satisfacción,
pero también de dolor y compromiso, de fe y angustia. En ese Perú
de sus entrañas, entre sueños y realidades, adherido a su piel y
memoria, está, para orgullo nuestro, la ciudad de Huacho.
I.
En el mundo paralelo
1.1. Con amenaza y todo: En 1962, un
desconocido MVLl obtiene en España el Premio Biblioteca Breve por
su novela La ciudad y los perros. A partir de ese galardón
empezaría una formidable y vertiginosa carrera de premios y
reconocimientos por doquier. Es, precisamente, en la mencionada
obra, que evoca su paso por el colegio militar Leoncio Prado, donde
aparece por primera vez – de acuerdo a las indagaciones hasta
ahora realizadas – el nombre de la ciudad de Huacho. Aparece en el
epílogo y tiene como protagonistas centrales al Jaguar – el
antihéroe de la novela y líder del Círculo – y Teresa, la
muchacha de sus sueños, con la que finalmente se casa, después de
“arreglar” cuentas con el cura de la ciudad. Se transcribe, a
continuación, el suceso in extenso para que se conozcan mejor sus
pormenores:
- Debe ser una mujer de carácter – dijo el
flaco Higueras -. ¿Dónde te casaste?
- En Huacho.
El cura no quería casarnos porque faltaban las proclamas y no sé
qué otras cosas. Pasé un mal rato.
- Me figuro, me
figuro – dijo el flaco Higueras.
- No ve usted que me
la he robado? – dijo el Jaguar - . ¿No ve que casi no me queda
plata? ¿Cómo quiere que espere ocho días? (…)
Teresa
estaba junto al Jaguar, la boca ansiosa, los ojos atemorizados. De
pronto, sollozó.
- ¡Me dio una cólera cuando la vi
llorando! – dijo el Jaguar -. Lo agarré al cura por el
pescuezo.
- ¡No! – dijo el flaco. ¿Del pescuezo?
-
Sí – dijo el Jaguar.
- ¿Cuánto tienes? – preguntó
el cura.
- Trescientos soles – dijo el Jaguar.
-
La mitad dijo el cura -. No para mí, para mis pobres.
-
Y nos casó – dijo el Jaguar –. Se portó bien. Compró una
botella de vino con su plata y nos la tomamos en la sacristía.
Teresa se mareó un poco2.
1.2. Era una buena opción:
Años después, en 1977, al publicarse la novela La tía Julia y el
escribidor nuevamente se alude a Huacho y, curiosamente, el asunto
está ligado otra vez a un matrimonio. En realidad, la novela
entremezcla los recuerdos reales de MVLl – se había casado con su
tía política Julia Urquidi Illanes3 cuando tenía tan solo 19 años
y ella diez años más – con lo que su afiebrada imaginación le
prodigaba.
De acuerdo con la obra, por esos días nuestro
escritor había vendido prácticamente todas sus cosas para casarse
clandestina e ilegalmente, ya que era menor de edad (se era
ciudadano formalmente, por entonces, recién a los 21 años). En
estos afanes lo acompañaba su entrañable amigo Javier Silva Ruete
con quien había hecho buenas migas desde la época en que había
estudiado con él en el Salesiano y San Miguel de Piura. Vieron que
Huacho era una buena alternativa para casarse sin los rigores
formales que se suponía existía en la capital y además para no
levantar sospechas de la familia, principalmente de don Ernesto
Vargas Llosa, su temido padre. “Al ver mi depresión por el poco
dinero conseguido con el empeño, – rememora el narrador –,
Javier me acompañó hasta la radio. Quedamos en pedir permiso en
nuestros trabajos para ir tarde a Huacho. Tal vez en provincias los
munícipes fueran más sentimentales”4.
Al final,
Mario y Julia no se casaron en Huacho porque por intercesión de
terceros fueron convencidos de hacerlo en el sur. Finalmente,
después de muchos ajetreos, se casaron en Grocio Prado, pueblito
aledaño a Chincha y cuna de la beata Melchorita. Para ello se tuvo
que adulterar la partida de nacimiento de Mario que de esta forma,
en un santiamén, pasó de nacido en 1936 a 1934.
II. En
el mundo real
2.1. Como jurado: En 1978, la prestigiosa
revista literaria Hispamérica, editada en los EE. UU., en lengua
española, convocó a un concurso de cuentos donde, al final, se
presentaron “403 textos de casi todos los países de
Hispanoamérica y de narradores hispanoamericanos residentes en
otros países del mundo”5. Desde Huacho, Fernando Valle Buendía
(Nazca, 1921 – Lima, 1985), escritor afincado durante muchos años
en nuestra ciudad y cuya producción literaria la ha hecho
íntegramente aquí, envió su cuento El lustrabotas a dicho
certamen, haciéndose, al final, merecedor de dos menciones
honrosas. ¿Quiénes integraban el jurado de entonces? Pues, un trío
de kilates: el paraguayo Augusto Roa, el argentino Julio Cortázar y
nuestro Nobel Mario Vargas Llosa. Además de las distinciones
señaladas, el cuento mencionado apareció publicado íntegramente
en la edición doble de la revista (nº 23 – 24, agosto –
diciembre de 1979). Cabe aquí precisar que, aparte de Valle
Buendía, obtuvieron también en ese año menciones honrosas dos
escritores peruanos: el puneño Carlos Calderón Fajardo y el
desaparecido cineasta Armando Robles Godoy.6
En cuanto a
El lustrabotas, que tiene como actante protagónico a “Chango”,
niño de 12 años que se ve obligado a trabajar para ayudar a su
madre y cuyo contexto socio – económico está marcado por el
devastador terremoto que asoló a Huacho el 17 de octubre de 1966,
fue publicado en 1983 por el Concejo Provincial de Chancay – hoy
Huaura - con un breve prólogo de la poetisa Flor de María
Drago.
2.2. Su primera vez: A raíz del proyecto de
estatización del sistema financiero peruano, aprobado en el
Congreso durante el primer gobierno de Alan García Pérez, MVLl se
vio envuelto en la vorágine de la política erigiéndose en el
paladín de la resistencia ciudadana a tal iniciativa. Poco después
saldría elegido como candidato por el FREDEMO para las elecciones
presidenciales que culminaría con la ascensión al poder de Alberto
Fujimori. Como parte de su campaña proselitista arribó a Huacho el
domingo 11 de marzo de 1990. Según refiere el diario El Imparcial
llegó “ayer a nuestra ciudad al promediar las 8 p.m. proveniente
de Huaral (…), acompañado por su plancha presidencial y
candidatos a senadores y diputados por Lima Provincias, siendo
recibido por partidarios, simpatizantes y curiosos que se dieron
cita al concurrido mitin Fredemista (sic) en la Plaza de Armas de
Huacho”7. Según la misma fuente, su discurso duró cerca de 1
hora, no faltando en él ácidas críticas a la inoperancia del
gobierno aprista. Un dato interesante a tener en cuenta es que era
la primera vez que MVLl llegaba a Huacho, según se lo confesó a un
allegado del frente8.
2.3. Ajetreos y Sendero: En 1983,
nuestro Nobel daría a luz El pez en el agua, delicioso y revelador
texto de sus intimidades que se cierran con su partida al viejo
continente el 13 de junio de 1990, una vez que fuera derrotado en
las elecciones presidenciales de ese año. Son 20 capítulos y 1
colofón en los que está estructurado el libro, de los cuales los
números pares giran en torno a su participación activa en la
política nacional desde 1987 hasta su salida del país, tras la
derrota comentaba líneas arriba. En esos tres intensos años su
vida sufrió un cambio radical y se entregó en cuerpo y alma a esta
nueva pasión9. Su paso por Huacho y otros lugares del Norte Chico
como candidato presidencial, en las postrimerías de su campaña, lo
evoca así:
Estos tres días de relativo descanso me
dieron, además, energías para el último mes, que fue de vértigo.
Reanudé la campaña el domingo 11 de marzo, con mítines en Huaral,
Huacho, Barranca, Huarmey y Casma, y desde entonces, hasta la
manifestación del cierre de campaña, el 5 de abril, en Arequipa,
recorrí una media docena de ciudades y pueblos cada día…10
La
siguiente referencia a Huacho está enmarcada en un escenario
trágico. Era la época de la insania terrorista.
Era
obvio que, mientras no se pusiera fin a la inseguridad en el país,
las posibilidades de una recuperación económica eran nulas, aun si
se frenaba la inflación. ¿Quién iba a venir a abrir minas, pozos
petroleros o fábricas si corría el riesgo de ser secuestrado,
asesinado, obligado a pagar cupos revolucionarios y de que le
dinamitaran sus empresas? (Una semana después de haber visitado yo,
en Huacho, en marzo de 1990, la fábrica de conservas para la
exportación Industrias Alimentarias, S. A., cuyo dueño, Julio
Fabre Carranza, nos contó cómo había escapado ya a un atentado,
Sendero Luminoso la redujo a escombros, dejando sin trabajo a mil
obreras.)11
Como una posdata a este asunto, el año
pasado, el mencionado empresario escribió un bilioso artículo en
contra de MVLl en el diario limeño Correo (12/05/11). Al evocar la
destrucción de su fábrica y al invitar al escritor a la
reinauguración de la misma, éste le dijo – según refiere –
que “por razones de agenda y de seguridad no podía regresar a
Huacho”. Ahí, achacándole una supuesta cobardía, no quedó
todo. Líneas más adelante agrega, cual clarividente infalible:
“Gracias a Dios, MVLl perdió las elecciones, pues de lo contrario
Sendero Luminoso hubiera triunfado…”
2.3.
Deslumbramiento y esperanza: Por último, el año pasado, en el mes
de febrero, MVLl estuvo muy cerca de nosotros ya que visitó Caral,
Áspero, el Museo Comunitario de Végueta y el sitio arqueológico
de Vichama. Estuvo acompañado de su esposa Patricia, el entonces
Ministro de Cultura Juan Ossio Acuña, la Defensora del Pueblo
Beatriz Merino, la arqueóloga Ruth Shady Solís, el pintor Fernando
de Szsyzlo, entre otros12. Cuando estuvieron en Puerto Supe
visitaron la casa (calle Lima 420) donde pasara largas temporadas
veraniegas José María Arguedas13. Como producto de la honda
emoción que le suscitara la Ciudad Sagrada de Caral, MVLl escribió
un encomiástico artículo en su leída columna Piedra de toque que
vía el diario español El País fuera reproducido en muchos medios
impresos del mundo. Estas líneas, expresadas en un estado casi
hipnótico, hablan mucho de esa intensa emoción: “Pero, en la
visita a Caral, me he sentido no solo interesado, también
conmovido”14.
En otro párrafo rememora lo que en una
oportunidad le ocurrió a la arqueóloga Ruth Shady y su chofer, y
he aquí nuevamente la alusión a Huacho, aunque referida con una
encantadora y fina ironía estilística:
La pandilla de
asaltantes había bloqueado la trocha con pedruscos. Recibió al
vehículo con una lluvia de balas. Ruth ordenó a gritos al
conductor que no se detuviera. La camioneta consiguió franquear las
piedras dando bandazos y escapar. Pero tanto Ruth como el chófer
recibieron disparos en el cuerpo y llegaron al hospital
desangrándose. Ocurrió en el año 2003 y el jefe de la banda de
los frustrados forajidos, apodado Orejas, anda todavía suelto,
cebando su gran panza cervecera en los bares de Supe y
Huacho15.
Epílogo: ¿Tendremos a Mario alguna vez
nuevamente por estos parajes? Todo indica que sí a juzgar por las
últimas líneas de su columna: “Me despido de este lugar sin esa
anticipada melancolía que suele embargarnos al partir de un lugar
hermoso y hospitalario. Porque tengo la absoluta certeza de que
volveré aquí muchas veces todavía”16.
Ojalá que en
la próxima visita a Caral se dé una vuelta por estas tierras y
visite Bandurria, nuestro orgullo prehispánico, el Hombre Tatuado,
el Balcón de Huaura y otros atractivos lugares que encierra nuestra
ciudad y aledaños y, por último, difundirlos también al mundo
entero a través de su prodigiosa pluma. Tenemos fe que así
sea.
NOTAS
1. Puede leerse el discurso
completo en PDF consultando la página web del diario El
Comercio.
2. Mario Vargas Llosa, La ciudad y los perros,
Peisa, Lima, 1988, p.342.
3. Ironía de la vida: meses
antes de que se anunciara el Nobel para MVLl, Julia fallecía, a
causa de una complicación respiratoria, en Bolivia (10/03/10), a la
edad de 84 años. Ella fue un apoyo muy importante en los primeros
años de formación literaria de nuestro escritor.
4.
Mario Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor, Peisa, Lima,
2002, p.272.
5. Carta de felicitación del 24 de abril de
1978 enviada por la revista Hispamérica a Fernando Valle Buendía
(Archivo Regional de Lima).
6. Aunque nacido en Nueva
York en 1923, desde los 10 años vivió en nuestra patria. Fue hijo
del gran compositor huanuqueño Daniel Alomía Robles que, dicho sea
de paso, fue Alcalde de Huacho en 1905. Es reconocido mundialmente
por haber sido el creador de El cóndor pasa que ha sido declarado,
con toda justicia, el 2004, Patrimonio Cultural de la Nación.
7.
En la portada de El Imparcial, diario del medio, nº 710, del día
12 de marzo de 1990.
8. Ibíd.
9. De esos
trajinados años de efervescencia política, solo produjo, en el
ámbito estrictamente literario, la novela erótica Elogio de la
madrastra.
10. Mario Vargas Llosa, El pez en el agua,
Santillana, Lima, 2010, p.261.
11. Ibíd., p.137.
12.
Al respecto véase Ecos, periódico local, del día 24 de febrero
del 2011, p.04.
13. Más detalles sobre la estadía de
Arguedas en Puerto Supe fueron incluidos en la ponencia que presenté
en el XVII Congreso Peruano del Hombre y la Cultura Andina y
Amazónica “Alfredo Torero Fernández de Córdova”, realizado en
Huacho entre los días 22 - 27 de agosto del 2011.
14.
http://elpais.com/diario/2011/02/27/opinion/1298761213_850215.html
(consultado el 18/07/2012)
15. Ibíd.
16.
Ibíd.

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