Por: José Pablo Quevedo.
La
relación entre Filosofía y Literatura:
El acto regresivo del conocimiento. La actividad regresiva,
repetitiva y diferente, en la dialéctica para el conocimiento y para
el cambio. Formas de regresiones diferenciadas.
Arte
Regresivo:
Reflejo-contemplación-reflexión-superación en su unidad diversa en
un tiempo y una época.
Para
esta Ponencia, se han empleado algunos ejemplos aportados por otros
poetas y autores.
I.
Nota
introductoria a la Ponencia
sobre
la relación entre Filosofía y Literatura.
Hace
algunos años, sacamos a la luz un libro de poesías conjuntamente
con el Escritor y Filósofo peruano Raúl Gálvez Cuéllar, llamado
Arte Regresivo (1); todo ello, después de haber tenido
una correspondencia nutrida de intercambio intelectual desde algunos
años atrás.
Desde
entonces, tenía en mente sacar un libro de filosofía relacionado
con la literatura sobre “La regresión repetitiva diferente“;
pero, para ello, necesitaba contar con un material abundante, nuevo y
global, que necesitaba procesar dentro de mis propios conceptos. La
correspondencia con Raúl Gálvez Cuéllar, habla sobre esos deseos,
y con ellos, saqué un libro llamado “Intercontinental diálogo
entre dos orillas“, para el ‘Evento Internacional Raúl Gálvez
Cuéllar’, celebrado en Huacho (Perú) en agosto de 2012.
En
muchos espacios de nuestra correspondencia, dejamos reflejado el
intercambio de ideas sobre los conceptos y la terminología a emplear
en estos trabajos filosóficos y estético-literarios.
En
muchas otras cartas, que hice llegar también a otros muchos amigos
literatos, poetas y críticos de literatura de América Latina e
Europa, me explayé abiertamente en algunos de estos conceptos.
Tanto
con anterioridad como posteriormente a dicha publicación
(‘Intercontinental’), salieron algunos aportes sobre Arte
Regresivo (AR), como estudios, ensayos, cuestiones críticas y hasta
llegamos a publicar poemas con relación a esta tendencia literaria
de vanguardia.
Muchos
de esos trabajos conceptuales también fueron publicados en diversas
páginas web, como la de ‘Poetas del Mundo’ (PPdM), ‘Poetas de
la Tierra y Amigos de la Poesía’ (POETAP), Isla Negra, ‘Sociedad
de Escritores de Huacho’ (SEEH), etc., y en una revista de
prestigio como es ‘Alhucema’, que se edita en España. El
‘espíritu’ de Arte Regresivo también fue llevado a varias
antologías, que fueron preparadas para la ‘Cita de la Poesía
Berlín-Latinoamérica 2010’, y para otra editada con ‘Poetas del
Mundo’, dentro de un Evento Internacional en tierras mapuches en
2009.
En
mis diferentes viajes a México, gracias a las invitaciones que me
hizo llegar el poeta salamanquino Roberto Hurtado, pude ofrecer en
diversas universidades y centros culturales de ese país hermano, una
serie de conferencias sobre las relaciones entre la Filosofía y la
Literatura, las cuales venía madurando en varios de mis análisis
filosóficos, dentro de un trabajo sistematizado.
El
trabajo filosófico requiere de la investigación y requiere también
de un trabajo sistemático e interdisciplinario, del aporte de muchas
ideas, requiere de confrontación con muchas otras
realidades; ello es como un arte elevado, algo que no nace espontáneo
y en el momento, pues es una teoría que hay que comprobar
directamente en la práctica.
II.
La
relación entre Filosofía y Literatura.
Cuando
empecé a percibir lo que el tiempo había depositado sobre un banco
de arena, en una de las playas de la costa peruana, y que era una
gran escultura de roca que semejaba a una ‘catedral’, también me
di cuenta que el tiempo había empezado su realización desde hace
200 millones de años; es decir, algo breve desde el inicio físico
del tiempo en su andar transmutado, pero apenas un segundo en el
sentido del conocimiento consciente de la Humanidad.
Sin
duda, en el lapso de muchos millones de años, el tiempo había
forjado esa obra maestra, pero también reconocí que la misma había
cambiado permanentemente, cuando en los años posteriores y como
consecuencia de un terremoto, aquella ‘catedral’ se desprendió
de la montaña que la sostenía, quedando de ella solamente un
pequeño islote ante el mar que lo bañaba continuamente; y,
nuevamente, al observarla me pareció esa “primera obra” del
tiempo, casi la de una “esfinge“ rota…
Entonces,
deduje que las formas plásticas tenían solamente algunos elementos
de un trabajo anterior. Esa obra, ahora, era otra en el sentido de un
reconocimiento histórico-artístico, que había sido creada con las
distintas construcciones-destrucciones que el tiempo hace
en todas las cosas.
Así,
la obra siempre era otra; y era definitivamente cambiante, siendo por
ello mismo que surgiera la idea de que la relación temporal que
surgía del mismo objeto mutante, siempre era otro. También me di
cuenta que el tiempo siempre cambiaba de rostro; no sabía si éste
era adulto, mancebo o un niño o un anciano, pero sí sabía que
tenía la alegría de crear y de transformarse permanentemente y
hacerse diverso. Con ese mutar constante, creaba las ilusiones de la
vida y las ilusiones en las mentes de los hombres; y éstos las
reflejaban de diferentes maneras.
En
todo caso, el tiempo ahí representado en la naturaleza, tenía su
propio laboratorio: la diversidad, diferente, y cuya percepción
histórica solamente la podíamos entender con un método del
conocimiento dialéctico, de la regresión diferente, que era algo
como meterse en la cámara del tiempo para retrotraer un objeto en
sus diversas secuencias evolutivas, para compararlo en sus diversas
unidades y en sus formas de desarrollo.
Y
la percepción de todos estos cambios es como las huellas constantes
que ‘alguien deja sobre la arena y el poeta se las lleva’ (usando
las palabras del poeta alemán Hartmut Sörgel, del “Poemario de
poesía visual”, Berlín 2005).
Entonces,
se me vino la idea de querer percibir algunos de los otros rostros
anteriores a ese tiempo (poética o artísticamente), para lo cual me
valí de la teoría y del método dialéctico; es decir, de la
dialéctica en regresión repetitiva y diferente (la repetición
diferente), un instrumental revolucionario, el cual -con sus
categorías flexibles- sabe ampliar o engrosar la mira del
conocimiento humano y así poder facilitar y diferenciar las cosas
que creemos “eternamente fijas“. Y eso era como ver el tiempo
concatenado en su unidad temporal, en lo que fue y es o en lo que
está convertido; y en su devenir, es decir, lo que devendrá después
y que no será lo mismo. Para esta nueva intención, hice reflexiones
comparativas, esquemas y varios análisis literarios sobre
poetas y poesías.
Los
nuevos instrumentos creados por la ciencia y la técnica moderna
fueron valiosos para zanjar esta intención: hacer las respectivas
comparaciones que el tiempo natural y social había transformado a su
paso. Esta misma manera de pensar, era como introducirse en un río
que fluía constantemente y mostraba las riberas en su construcción
y destrucción permanentes, donde todo fluía y cambiaba, tal como lo
consideraba el filósofo griego Heráclito.
Los
rostros del tiempo fueron apareciendo, construidos como en una labor
conjunta de un geólogo, un antropólogo, un ingeniero, un
historiador, un cirujano, un literato, etc. Reconstruir las obras del
tiempo es ir en cuenta regresiva para hallar todas las unidades de
una biografía relacionada y diversa de un objeto.
El
tiempo con este instrumental dialéctico -en nuestra percepción
literaria- también lo observamos en su unidad diversa, y él nos
mostraba los diferentes estilos y formas de escribir; él iba
calificando y descalificando algunas formas escriturales que se
ligaban a cada época, las que se hicieron incompetentes ante la vida
y después pasaron a formar los basureros de la historia; otras que
se arraigaron y resistieron y aún permanecen como árboles
florecidos de vida; también los nuevos contenidos y formas
escriturales que se incrementaron en los tiempos modernos, que son
obras magistrales y trascendentes, y las que son la copia de la copia
de la copia, y por lo mismo sin vida y sin resistencia.
Con
el ejemplo plástico que hizo el tiempo en su propia obra natural y
evolutiva, queremos caracterizar a la UNIDAD del TIEMPO histórico, y
esta unidad también diferenciada, refleja su diversidad histórica
repetitiva regresiva, porque el tiempo también se refleja en sus
diferentes momentos (historias cambiantes), en su fluir-devenir.
El
tiempo se hace viejo y se hace joven, se hace adulto y pasa a hacerse
niño; tiene una trasmutación y hasta miles de rostros que nos hace
difícil definirlo, pues es materia que cambia y se transforma en
energía, o energía que va transformándose en materia, y ésta en
sus diferentes formas de movimiento. Pero el ser humano ha aprendido
a grabarlo en su memoria colectiva, y esa parte subjetiva del hombre
se reproduce permanentemente en sus esencias repetitivas diferentes,
según las épocas.
Como
bien sabemos, el tiempo es una forma de existencia del movimiento
natural y social; y, para percibirlo, hay que adecuar el estudio de
la lógica de desarrollo en base a las contradicciones que van
apareciendo. En la UNIDAD de ese movimiento natural y social está
contenido a la vez el pasado, el presente y el germen del futuro;
esto podemos apreciarlo mejor, teniendo como base la dialéctica en
su proyección y “conocimiento regresivo, repetitivo y
diferenciado". Es decir, que estaremos hablando de la repetición
diferente.
La
relación de la unidad histórica del tiempo objetivo.
El
periodista peruano César Hildebrandt, escribe en el Diario "La
Primera" de 26 de marzo de 2008: "Cuatro mil
oceanógrafos reunidos en los Estados Unidos han llegado a la
conclusión de que, si todo sigue así, el Polo Norte habrá
desaparecido en el año 2020"… Al mismo tiempo, hoy los
noticiarios advierten del deshielo polar, de la rotura de gigantescos
bloques de hielo que alcanzan longitudes de cuarenta kilómetros.
La
humanidad tampoco aprendió la lección de la maravilla natural de
‘Pamukkale’, en Turquía, donde hay un enorme peñasco blanco con
piletas esculpidas por la naturaleza llena de agua y con partes
congeladas donde se baña la gente. ‘Pamukkale’ es un constante
fluir de aguas térmicas que desde el subsuelo provocan derrames de
carbonato de calcio, que al solidificarse en la superficie,
configuran un paisaje fascinante, con escalones que cambian de color
conforme a la luz solar. Estas huellas estratificadas y sedimentadas
son causadas por una erosión lineal regresiva de dinámica continua
y diferente.
La
"segunda naturaleza" creada por el desarrollo de las
fuerzas productivas con el proceso de desarrollo industrial y que ha
causado y causa la explotación inconmensurable de recursos, ha
formado una segunda piel artificial en la Tierra, la capa de ozono,
que nos ha llevado al recalentamiento planetario, con sus alarmantes
connotaciones globales.
El
acto regresivo dialéctico del conocimiento nos enseña cómo este
ser, llamado “civilizado”, no aprendió a tratar la Naturaleza, a
usar inteligentemente sus recursos; antes bien, su codicia lo llevó
a talar inmensos territorios de árboles, a devastar diversas
especies de otros seres que él llama ‘animales’, a contaminar
las selvas vírgenes, etc., etc. Y este proceso aún continúa en
nuestros días. Aquí, la percepción del escritor es
visualizar el futuro, analizando la relación entre el pasado y el
presente, dentro de la perspectiva del devenir de nuestro
planeta. (De
la correspondencia entre RGC/JPQ durante 2009-2010).
Leamos
los versos del poeta alemán Jüergen Polinske, de su
libro: Infinitamente azul y sabor a cacao:
¿Regional?...
Global: si círculos pueden terminar
¿dónde
han empezado?...
Si
bien el Amazonas no empieza,
el
Orinoco no es el último, pero ellos regresan
y
vuelven a la fuente
tomando
diversos caminos,
aún
los de los cielos,
y
al unirse con todas las aguas
entre
el Río Grande del Norte
y
el Río Grande del Sur,
aunque
sea solamente en un punto de tiempo,
ningún
bote baila sobre las olas;
quizá
una canoa,
pero
ningún arca
que
no se llena y se hunde…
Temblar,
detenerse,
concentrarse
y
motivarse para rebelarse;
gritar
desde mi interior hasta los cielos:
los
ríos convierten su furia negra en tempestades,
pero
al final
vuelven
a sus raíces.
(Juergen
Polinske: Infinitamente
Azul y Sabor a Cacao,
Ediciones
MeloPoeFant, Berlín-Lima 2007).
En
este ejemplo, las preguntas que se hace el Poeta Juergen Polinske,
van relacionadas con lo comparativo y lo temporal que asumen las
cosas en sus cambios constantes. La percepción será al devenir, a
lo que se forma permanentemente, lo que se hará/será con los
cambios constantes de la misma Naturaleza, pues en ella no hay algo
estático en la formación de sus unidades diferentes. Cierto que hay
cosas que se repiten, pero también lo que se repite cambia, y cambia
en calidades diferentes; es algo parecido a lo que ha sido el proceso
de la formación de nuestro planeta, de una sola masa sólida y su
desmembración hacia su transformación en diversos continentes,
procesos de cambios evolutivos que han necesitado el transcurso de
millones de años.
También
en esta característica del devenir comparativo en la regresión
repetitiva y diferente, tomemos el ejemplo que comenta el filósofo
Raúl Gálvez Cuéllar: Quevedo -poeta-, señala en SU tiempo
tres referenciales o "momentos lúcidos" que marcaron su
vida: primer momento lúcido: cuando escuchó que a su tía le
decían: "si a su hijo no le bautiza, no podrá seguir
estudiando"; el segundo momento fue cuando durante el Gobierno
del General Velasco, se elimina en los documentos de identidad la
expresión "raza mestiza"; y el tercer momento lúcido, es
cuando saca la Piedra y la pone al frente como elemento fundamental
en su poesía. Nótese que el filósofo, al resaltar UNIDAD,
anula la tradicional sucesión temporal en los acontecimientos
histórico-sociales.(De la correspondencia entre RGC/JPQ durante
2009-2010).
También
este filósofo y poeta, Raúl Gálvez Cuèllar, ha ejemplarizado, en
diferentes poemas, el acto en que devienen permanentemente las cosas
y las acciones repetitivas de los hombres:
En
un instante amanece y anochece tantas veces.
naces
y mueres tantas veces, en la obstinada ilusión de tus sentidos,
que
no tienes sino que decir "presente",
para
que te declaren como eterno dueño del tiempo.
(Poema Ilusión,
fragmento, Pág. 20).
Nos
hemos acostumbrado a enterrar a los muertos
y
a desconocer la vida;
más
puede ser que yo sea un muerto,
que
escribe para los muertos.
(Poema Cincuenta
Años),
Pág. 69).
Tenía
que empezar.
Pero
antes de empezar ya había empezado.
(Gato
Egipcio, Editores
Generales, Lima, 2012)
(Arte
Regresivo, Estética
del devenir, Correspondencia entre RGC/JPQ)
También
el cronista peruano, Huamán Poma De Ayala, ha escrito en sus
crónicas sobre los incas:
Y
antes que los incas lo ordenaran,
ya
los caminos estaban hechos.
Observamos
que la recepción y la reflexión histórica, sobre lo que significa
el DEVENIR de las cosas, es otra característica de lo que representa
el acto regresivo-dialéctico del conocimiento comparativo. Pero,
vemos que la percepción de la imagen en esta relación, no es
estática. La percepción hacia el hecho ya está contenida, ya ha
devenido, antes de ordenarse el hacer de las cosas. Sobre todo, aquí,
lo importante es la labor de una idea que fue observada en un proceso
de trabajo también colectivo, un acto dialéctico que va haciéndose,
y que ya está realizado, que deviene de un colectivo social.
El
poeta colombiano, Jaime De la Gracia, que reside en Berlín, en su
libro “Poemas
de la dispersión“,
escribe al respecto:
Los
ríos no van al mar.
Los
caminos no pasan por Roma.
Ella
hoy se va a la biblioteca.
El
río que pasa dos veces es el verdadero.
(Jaime
de la Gracia, Poesías
de la dispersión, Berlín, 2004)
También
el poeta ha podido formular: El río que pasa dos veces es el
verdadero -el que cambia, el que deviene en otro, el
renovado-. El autor observa el movimiento de los cambios constantes
de las cosas, y que éstas sean el punto central en algún momento;
y, en otros casos, irse a la periferia. De esta relación, el autor
deduce que lo verdadero es lo que pasa dos veces.
He
aquí lo que también escribe el poeta colombiano WINSTON
MORALES CHAVARRO, pero desde la percepción subjetiva:
En
nosotros se cumple el principio de Heráclito:
“Nadie
se baña en el mismo río dos veces.”
De
igual manera:
…El
bañador nunca será el mismo. La mujer que beso, sus labios de ayer,
no serán los mismos de hoy. Sus manos, su sexo, su cintura, su
cabello serán siempre nuevos para mí, que de igual modo yo seré
otro hoy, distinto al de mañana… Entonces, la virginidad será
siempre posible. La mujer que se entrega con calor a mi boca, así
haya sido amada por cien hombres, será limpia y transparente en el
hoy, pues el río de Heráclito le da la potestad de ser nueva y
renovarse con la llegada de la noche. ¿Cuántas de nuestras células
mueren hoy y cuántas se regeneran o renacen mañana? Por eso un beso
nunca será el mismo -una virtud del amor-, un abrazo nunca será el
mismo, las explosiones e implosiones del amor tienen la facultad del
ahora, del presente, del aquí. Allí está la eternidad, lo
perfecto, lo inconmensurable. El ser humano es inmortal, renovación,
calcinación, putrefacción, fuego vivo."
WINSTON
MORALES CHAVARRO
(Poeta
colombiano, Correspondencia,
Dic-2011).
Por
tanto, la percepción aquí es subjetiva. Ésta no se refleja en el
mismo objeto de cambio; es decir, la percepción nace desde el lado
de la idea del sujeto, ella se da en la cabeza del mismo poeta; la
idea no refleja a las cosas, sino que es el yo-poetarus quien
la desarrolla, y ésta queda permanentemente fijada en lo que fue sin
el cambio del objeto. Así, la regresión de este conocimiento será
subjetiva, será del desarrollo de la idea hacia el objeto.
También
esa idea, pero desde otra perspectiva, la observaremos con el
filósofo Raúl Gálvez Cuéllar, que en uno de los tantos episodios
de su vida, nos refiere que un día cualquiera compró tres camisas
para sus tres hijos ya adolecentes; y que al llegar a casa y entregar
las prendas, pidió a sus hijos probárselas para saber si les
quedaban bien. Cuál no sería su sorpresa al ver que los jóvenes se
pusieron la camisa por la cabeza, desabotonando sólo un par de
botones cerca al cuello…
Como
veremos, la idea que se repetía era algo fija, había quedado en la
cabeza de nuestro amigo escritor, y esta idea primaba sin reflejar ya
el tiempo cambiante. Este simple hecho tan práctico y con ahorro de
tiempo, fue decisivo para que el filósofo "sintiera" que
en ese instante todo el tiempo había transcurrido y que las cosas
habían cambiado: el poeta era ‘un viejo’, pues jamás se había
puesto así una camisa. De un momento a otro, ya tenía un hogar
formado como si el tiempo antes no hubiese existido para él.
Vemos
cómo el tiempo subjetivo de una percepción permanente, que nos
devuelve una idea fija, varía en un instante ante el hecho real de
la nueva imagen, y que ante esa imagen nueva de la realidad, se forma
otra percepción. (De la correspondencia entre RGC/JPQ durante
2008-2010).
Leamos
los versos del poema Lo fatal, de
Rubén Darío:
Dichoso
el árbol, que es apenas sensitivo,
y
más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues
no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni
mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser
y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y
el temor de haber sido y un futuro terror...
Y
el espanto seguro de estar mañana muerto,
y
sufrir por la vida y por la sombra y por
lo
que no conocemos y apenas sospechamos,
y
la carne que tienta con sus frescos racimos,
y
la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos.
¡Y
no saber adónde vamos,
ni
de dónde venimos!...
(Lo
fatal,
poemas de Rubén Darío;
ver
en: http://www.poemas-del-alma.com/lo-fatal.htm#ixzz32pk06mk9).
¿Es
cierta esa sentencia final en Lo fatal de los versos de Rubén
Darío?: ¡Y no saber adónde vamos,/ ni de dónde
venimos!/// (¿…?).
Digamos
que el pensamiento poético de inicios del modernismo no había
llegado más allá del conocimiento científico actual, que nos habla
del desarrollo del Cosmos y de la evolución de la vida. Los
científicos dicen, que ‘somos la ceniza de las estrellas’
desde
la producción den Big-Bang, pero que esa ceniza es también una
ceniza evolutiva, y que se da a través de las leyes de la
transformación de lo material en energía, a través de las
diferentes formas del movimiento. Lo segundo es una idea que, para
unos (los materialistas), se vive solamente una vez; y para otros,
que son creyentes (idealistas), que existe un ‘paraíso’ o un
‘infierno’.
También:
Dichoso
el árbol, que es apenas sensitivo,
y
más la piedra dura porque esa ya no siente.
Dice
RGC: “José
Pablo Quevedo rechaza la tesis de Rubén Darío cuando éste dice que
la piedra es insensible. Para el poeta JPQ, la piedra contiene el
sueño de todos los hombres y tiene por lo tanto abundante vida... En
el mundo Andino las piedras -y también lo sabe el poeta peruano
Danilo Sánchez Lihón-, las montañas, son seres animados, tienen
vida, ellas guían la marcha del Universo, ellas son los Apus o las
diosas tutelares de nuestros ancestrales orígenes, primigenios de
nuestra vieja América... Aquí, por ejemplo, hay diferencias
culturales entre una y otra vertiente en la América actual; la
vertiente andina y la moderna, aún con muchos elementos
euro-centristas.”
(wikipedia.org/wiki/The_Big_Bang_Theory).
Contrario
a lo escrito por Rubén Darío, pero desde la perspectiva actual, es
lo que dice este poema:
…El
primer libro de nuestra infancia está en las estrellas;
el
segundo, es la evolución de las especies;
y el
tercero, la comprensión de las diferencias sociales
y
sus soluciones históricas.
Otro
ejemplo:
“Caminante,
no hay camino;
camino
se hace al andar.”
…El
anterior es uno de los famosos versos del poeta español Antonio
Machado, y en este verso observo que es un verso ambivalente en la
relación de lo general y de lo concreto. En lo general, siempre
buscaremos un objetivo o una meta, y eso es cierto. Pero en un mundo
generalizado por la comunicación, como hoy lo es, nos damos cuenta
-o por lo menos así sucede en Europa-, todos los caminos están
demarcados por indicaciones y hasta hay flechas pintadas en suelos y
paredes que nos indican la orientación de las calles en cada ciudad
o pueblo; y hasta en los caminos de bosques y las perdidas sendas,
nadie ‘hace caminos al andar’... Esas flechas incluso nos están
indicando
las distancias existentes entre localidades medidas en metros o
kilómetros; también en los autos se han introducido sistemas de
mapas condicionados a los radares o satélites artificiales que todo
lo controlan o vigilan…, y bajo estos sistemas puede llegarse
medianamente informados y con facilidad a cada lugar… “Lo
que nos hace pensar que todos los caminos no nos conducen a Roma...”,
como escribe en un poema el escritor colombiano (de la dispersión),
Jaime De la Gracia, quien también reside en Berlín.
III.
El
acto regresivo del conocimiento.
La
actividad regresiva repetitiva y diferente
en
la dialéctica para el conocimiento y para el cambio.
El
acto regresivo del conocimiento:
Hay
dos formas de recepción del conocimiento: el método idealista y el
materialista, una tercera opción del conocimiento liga a uno y otro
campo. De esa relación entre estos dos campos deviene en qué es lo
primario y qué lo secundario, y si el ser humano puede conocer sobre
los fenómenos, sobre la vida, y si puede dar respuestas a nuestro
tiempo y cambiar las cosas.
Regresar
al río de la historia que fluye permanentemente y que cambia
igualmente, es un acto regresivo que se da en el conocimiento
dialéctico de la Historia y de la lógica que la contiene. Es
además, no solamente el hecho de contemplar la Historia, sino un
acto de reflexión; y aún más, de comparación y de comportamiento
activo para el cambio, es decir: de SUPERACIÒN.
Tanto
el conocimiento empírico como el conocimiento abstracto, no son
actos desligados del ser humano pensante, de los científicos y de
los literatos, y por ello, su acción correspondiente a nuestro
tiempo está vinculada a la búsqueda de las diversas esferas del
conocimiento, las cuales se hallan también en el conocimiento
tecnológico y de investigación, un conocimiento global e
interdisciplinario de nuestros días; y dentro de este marco,
el yo-poetarus no debe estar desligado a lo que
asume el formato de otros conocimientos para conducirse en la
expansión del espíritu propio y global de nuestros días.
La
relación objeto-sujeto, ya no es local ni pertenece a un solo
continente, sino que esa relación del individuo hacia la Naturaleza
y la Sociedad se ha hecho vasta y global; se ha hecho más compleja y
definida, también por las dificultades y contradicciones que afectan
al mundo.
El
estudio de la dialéctica es necesario, pues al poeta ese método
debe servirle como compás de nuestro tiempo para su acción creativa
en cuanto escribe.
La
dialéctica, como teoría y método del desarrollo y de las
contradicciones, tiene gran trascendencia global para el análisis de
los objetivos sociales y literarios revolucionarios de nuestro
tiempo, pues ella nos permite relacionar el tiempo en sus diversas
unidades históricas, en su devenir y en sus momentos de cambio.
En
el tiempo de “El Quijote”, las novelas de ‘caballería’ se
ofrecían por toda Europa, pero ante la primera carga de Rocinante y
bajo la adarga de Don Quijote, se
golpeó el primer molino del mundo medieval, y ello trajo consigo el
derrumbe de toda la vieja literatura caballeresca enajenada, la cual
fue depositada en el basurero de la Historia. De los cientos de
novelas editadas sobre ‘caballerías’, solamente quedaron algunas
obras que no se han descolorido ante los cordeles del Sol,
pero muchas de las imágenes de ese ‘mundo caballeresco’ se
perdieron en los cementerios del olvido.
Pero,
ahora, los nuevos molinos eólicos son ‘gigantes metálicos’ y
los nuevos ‘quijotes’ han de cabalgar sobre ‘pegasos’
alados para arremeter, con posibilidad de vencer a los nuevos
‘gigantes’... Según Hegel: “Cada poeta o escritor es
hijo de su tiempo“, y por lo tanto, tiene que actuar en ese
tiempo; evadirse y actuar fuera de él no sería justo, pues: “Nadie
puede arrancarse su propia piel.“
Este
método dialéctico nos enseña a unir períodos existenciales,
épocas y eras histórica en sus concatenaciones universales, con las
cuales el movimiento en su devenir estará vinculado de forma
permanente.
La
dialéctica como teoría y método del desarrollo natural, social,
del pensamiento y de las leyes generales, y que en el mismo
movimiento rigen, nos entregan una adecuada interpretación del
conocimiento histórico y social de lo diferente, de lo repetitivo; y
diferente dentro del campo del arte, de la literatura y de las
ciencias.
El
método no debería ser cortado ni martilleado, como es el
planteamiento de algunos filósofos modernos, que al hacer esta
relación histórica cortan esa relación universal, y con ello
quedan relegados o están más atrás que los propios filósofos
clásicos.
El
acto regresivo del conocimiento – ¿Qué es la regresión?
REGRESIÓN.-
El camino de la reproducción de una realidad o del entendimiento de
una idea, nos lleva al camino de la reproducción de lo abstracto
hacia lo concreto, y todo ello, a través de nexos o vínculos y de
categorías históricas. Bajo esta relación podemos obtener la
concatenación de una realidad o de una idea que puede ser singular o
universal e histórica. El método dialéctico identifica esas
relaciones temporales a través de nexos, y ello es también el
camino que idealmente une las épocas históricas.
Es
la relación del sujeto hacia el objeto histórico, la teoría y
método de la repetición diferente, cuya acción reflexiva es
regresar con el pensamiento, para comparar dos estados del mismo
proceso histórico o del devenir de la realidad; es un acto de
abstracción dialéctico hacia la realidad histórica total que va
concatenada en la unidad temporal, pero que en el proceso de su
desarrollo o época, se diferencia en el contenido y la forma.
Esta
acción regresiva o de regresar a un punto histórico del
conocimiento, es una relación entre el pasado y el presente, y a
veces se trata de vincularlo al futuro de la acción de un
movimiento; pensamiento puede darse en sus formas positivas
(José-Carlos Mariátegui, escritor, periodista y pensador
peruano, 1894-1930): “La
revolución
no será calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos”…
Una acción diferente a lo anterior, lo cual no contiene la copia de
la copia de la copia, o es la hechura de un corset de
otra realidad pasada que debe ser aplicada a otra realidad presente,
sino que esa revolución será algo nuevo en sus formas esenciales,
ya contenidas en otra realidad; o también, como este sabio marxista
nos dice: “El pasado nos interesa en la medida que podamos
relacionarlo con el presente, pero no para calcarlo y aplicar su
copia”.
El
pensamiento dialéctico es como un gran imán que atrae a su fuerza
reflexiva los elementos históricos del pasado y los hace regresivos
en sus momentos positivos o negativos, y esta misma fuerza del
conocimiento los impulsa hacia el futuro como una necesidad de
cambio, ya sea ésta como una utopía o como una realidad posible de
su existencia. En otros casos, solamente busca el movimiento de la
idea y la intensidad del pasado y la condiciona para el presente,
haciendo una metamorfosis de ella misma. Todo ello dependerá de las
condiciones que se hayan creado y de las necesidades para el mismo.
Cómo
diríamos, hay un elemento único en la Tierra que se construye y se
destruye continuamente: la ola. Ella sale del pecho del mar, y se va
caminante en bloques diversos y llega a las orillas, donde se produce
la resaca –la contracción y la repulsión- de lo que regresa
cuando se bate en su espuma, en donde la luz se ilumina más
intensamente… Es como la memoria que relaciona el pasado con el
presente y allí mismo captura su tiempo unitario, y lo verifica y
expande hacia su propia prospección futura. En otras palabras: lo
que se forma en este acto de reflexión es lo que llamamos
una repetición diferente, el acto de regresión
diferente.
La
Naturaleza regresiva repetitiva:
LA
FLOR.-
La Naturaleza nos brinda enseñanzas que el ser humano no interpreta
en su afán de imponer sus ilusiones: Una
flor es la mejor lección, la mejor advertencia de la fugacidad de la
vida; y desde siempre, las olas en la superficie de los mares grafían
el proceso dialéctico regresivo, repetitivo y diferenciado, vigente
‘ad infinitum’ a través del movimiento.
(De
la correspondencia entre RGC/JPQ durante 2008-2010).
También
hay un comportamiento negativo al aplicar el conocimiento regresivo,
y en este campo, como ejemplo, me refiero a la acción de interpretar
el mundo moderno de José De la Riva Agüero, en su apreciación
también llamada “Generación Futurista”: Una generación
con ideas pasadistas y más cercana de la aristocracia terrateniente
y de las clases opresoras. Esta forma de literatura, ya ha sido
tratada por JC-Mariátegui en el ensayo sobre el “Proceso de
la Literatura Peruana”. Y, obviamente, en otras
interpretaciones literarias, hago una diferenciación para el
entendimiento ideológico, que pudiera rodear el mismo tema.
¿Qué
es la repetición y la diferenciación?
En
el Cosmos, en la Naturaleza y en la Sociedad hay diferentes procesos
que se ‘repiten’ constantemente, pero éstos no son ‘iguales’
para una realidad siempre cambiante; y en el devenir de las cosas,
nada hay definitivo, ‘sagrado’ o absoluto.
La
dialéctica en regresión, que es la teoría del conocimiento, nos
enseña a ver cómo en el mundo se dan esas “repeticiones” y esas
diferenciaciones, ya que ellas mismas establecen relaciones o
vínculos y nos enseñan a comprender lo que es la repetición
diferente dentro de los procesos naturales y sociales, pero
que también nos permiten entender los procesos literarios.
Así,
al analizar las categorías de la repetición y de la diferenciación
dentro de las relaciones que contiene este método, nos hace ver que,
la repetición y la diferenciación en su unidad, forman el
instrumental metodológico necesario de esta dialéctica, y de esta
manera poder observar el mundo en su concatenación universal y en
sus diversos procesos históricos.
La
repetición (lo general) como una categoría del movimiento, también
se diferencia en cada época social histórica, y cada época social
que se forma, por tanto, es una forma también de la existencia del
desarrollo social desde sus formas más simples hasta las más
complejas.
Bajo
esta forma de entender el desarrollo, fluye el movimiento en una
constante espiral, pero no como en la creencia de un ‘eterno
retorno de lo mismo’; pues, el desarrollo social, no es lo mismo en
la continuidad del movimiento, no es una A=A, como en una formulación
subjetiva idealista, sino que debe ser visto como una SUPERACIÓN.
Esto
es, la manzana apetitosa, antes solamente ‘comida’ por todos los
seres mortales humanos, pero que en la óptica del sabio Newton, no
solamente fue degustada, sino igualmente observada, relacionada y
comparada desde su caída de la rama del árbol a tierra, nos trajo
el conocimiento de la ‘Ley de la Gravedad’. La manzana anterior,
que según el ‘cuento bíblico’ dio Eva a Adán, y que por su
desobediencia expandió consigo la expulsión de ambos del llamado
‘Paraíso Terrenal’, constituyó la creación del castigo y de la
muerte, según la fábula cristiana, y nos conminó a aceptar otra
forma de pensar… Es decir, la esencia histórica, en su repetición
y desarrollo, se diferencia de su forma anterior.
También
la fórmula de Albert Einstein: ‘E=mc2’, en la cual se relaciona
la masa y la energía conjunta, nos permite comprender mejor la
frecuencia de la velocidad y las diferencias de un cuerpo
material frente a la velocidad de la luz (energía); pero, también
establecer “Por qué la luz es rápida, que es igualmente
rápida, aunque también, por qué ella frente al infinito, no es tan
rápida“.
Y
esta ecuación también nos da pautas para entender por qué los
‘ángeles’ clasificados como “seres de luz“, no pueden, ser
los “mensajeros de los dioses“, como desean justificar los
misterios de la literatura bíblica… Pues, éstos, de ser así,
para hacer un recorrido desde un punto a otro extremo de la Vía
Láctea, necesitarían miles de años-luz; y aún más: desde la
Galaxia de Andrómeda, la más cercana a la que incluye nuestro
Sistema Solar, sería necesario recorrer este camino en 2,4 millones
de años a la velocidad de la luz. Frente a otras galaxias más
lejanas a la Vía Láctea, esa aventura sería otra misión igual de
imposible, aunque con nuestros huesos más encanecidos… En todo
caso, en este Universo expansivo, iniciado desde el Big Bang y
conformado por MILES de MILLONES de GALAXIAS, semejante misión de
traer un mensaje divino a la atención de cualquier virgen-concebida
por un pájaro mago-santo, no entra ni en los cálculos del más
avezado experto virtual, pues en ese tiempo del recorrido
mega-espacial, la Tierra estaría siendo engullida por el Sol.
En
Arte Regresivo, es necesario aplicar al conocimiento el carácter
discursivo de las contradicciones; hacer los saltos de un canguro
para obtener las calidades diferentes del Tiempo y de la Historia,
hacerse a un camino de corredores sobre las postas comparativas de
las realidades diferentes –que puede ser también en el andar o en
la marcha que imprima un cangrejo-, pero al relacionar todo ello, hay
que detenerse en el aire como lo hace un colibrí cuando toma el
néctar polémico de una flor suspendido en el aire mientras sus alas
baten 70 veces por segundo: todo se ordena dentro de una espiral que
es la del caracol, para "empezar de Nuevo y sin Repetir”. El
Arte Regresivo es el arte del devenir.
El
movimiento mismo tiene formas diferentes tanto en la evolución del
Cosmos, como en la evolución de la vida y las sociedades.
Lo
diferente ha surgido como una forma de existencia del movimiento de
lo repetitivo; y lo repetitivo, con lo diferente, forman una unidad
dialéctica, en la cual lo que se repite se hace cada vez más
diferente, y fabrica calidades diferentes, que no son las mismas en
la evolución general del Cosmos ni en la evolución concreta de la
Vida.
De
tal manera, tendremos que convenir que lo repetitivo y lo diferente
no es algo mecánico ni nada que pudiera asumirse como igual a lo
igual, como ‘A=A’ ò ‘B=B’, o que corre en un eterno “Retorno
de lo mismo”, como es la propuesta de Nietzsche; sino que va a lo
general de la realidad, y de ella asume e interpreta de diferente
manera el movimiento de la reflexión creadora de la idea. Y, por lo
tanto, de la propia metáfora. Por ello, son calidades nuevas y
esenciales las que corresponden a esta época.
III
El
yo-Poetarus y el yo-Universal
Siempre
he considerado que, para el poeta, la obra deberá tener altos
alcances, pues cuando su obra la cuelgue de los ‘cordeles del Sol’,
ésta no se decolorará ni perderá su frescura, sino que resistirá
al tiempo y el Sol la guardará como uno de sus propios rayos, de
forma permanente.
El
poeta que de prisa venga, pero sin la intensidad de su tiempo, y que
solamente se apropie de una parcela para que sirva a su propio ego, a
su vanidad o para un fin individualista, no tendrá trascendencia; y
ya podrá ser su obra momentáneamente
elevada
por un grupo de seguidores, pero nunca lucirá brillantemente, sino
como una estrella muerta, sin vitalidad.
Los
filósofos clásicos alemanes, como Fichte y Schelling, habían
descubierto la actividad del ser sobre las cosas, contraponiéndose a
Kant, y que el mundo y la Naturaleza no eran solamente para la
contemplación, sino que el mundo se podía conocer profundamente.
También Marx nos ha hablado sobre el papel de la praxis hacia los
cambios sociales en su famosa tesis sobre Ludwig Feuerbach: “Los
filósofos han interpretado de diferentes maneras el mundo; lo que se
trata es de transformarlo”…, es decir, hacerlo mejor,
cambiarlo.
Por
ello, el contenido de una época, donde dos clases contrarias fluyen
y se mueven, crece el arte en lo diverso, se impregna de sus diversos
impulsos, colores y tonos, irradia entre la energía regresiva y
progresiva del tiempo.
A
este respecto, me escribe el poeta manchego, Andoni K. Ros
Soler: “Tengo escrito, desde hace mucho tiempo que, para
mí, ‘hacer poesía’ es integrar, vincular y/o unir el yo-poético
hacia el yo-total de la realidad en un acto receptivo-reflexivo,
creativo-transformador, que compete a la palabra y a su propia
expansión; ésta se desnuda, se hace sintética y total y fluye en
un río de convergencias y divergencias esenciales; lejos de la
decadencia que limita al ser humano, de lo que mueve o se repite
históricamente sin afán de superación, y ésta encarna la
revolución"...
(De
la correspondencia entre AKRS/JPQ durante 2012-2014).
El
yo-Poético o creativo vinculado hacia el yo-Total de la realidad, es
entendido como la diversidad de poetas que están también
relacionados/as con la realidad.
El
‘yo’ y el ‘yo-Total’: es decir, el ‘yo-Poetarus’, se
halla en relación con los otros yoes ‘poetarus’, quienes son los
que actúan sobre la realidad total; y ellos son los diversos sujetos
‘poetarus’, agrupados o asociados o formados en colectivos
pensantes, pero también actuantes sobre la realidad, y esta también
es la idea que va sobre el yo-Poético ligado a la totalidad
histórica y de su época existencial.
Esta
dialéctica del conocimiento nos muestra el entendimiento entre el
yo-Reflexivo y el yo-Total (el yo-Total: es la totalidad, es la
realidad de las diversas realidades, y lo que está relacionado al
sujeto individual o al yo-Poético actuante). La realidad se cambia
mediante la acción del colectivo, y ella necesita para su
transformación de un grupo de seres pensantes, que la ayuden a este
parto.
A
esta dialéctica asoma la idea que hemos intercambiado con el
filósofo Raúl Gálvez Cuéllar, la cual dice: “El escritorio no
es solamente el laboratorio de la idea, sino que allí es donde se
plasma la lucha del verbo; pero esa metáfora no se debe quedar en el
tintero de la idea, sino asumir su papel en la lucha práctica, pues
el ser humano, la idea, su obra y su acción forman parte integrada
de una unidad indivisible.
El
poeta no solamente tiene la capacidad de reflejar el tiempo (s) en su
unidad histórica, sino que ha de reflexionar sobre éste y la
sociedad y actuar sobre su obra, y con su obra, elevando una nueva
forma de consciencia. Los poetas revolucionarios, con su capacidad de
reflexión y de creación, ayudan a descascarar el viejo rostro del
tiempo, moldeando un rostro más humano y más justo de la sociedad y
la mejora del equilibrio y la convivencia de todos los seres que
pueblan el Planeta.
Así,
para hacer poesía, no solamente es necesaria tener la presencia
permanente del Sol y de todas las cosas que al ser humano le rodean,
y constatarlo empíricamente; también hay que buscar en ella una
identidad y un compromiso social e intentar objetivos necesarios y
trascendentes para consigo mismo y de grupo, enfrentando una dinámica
práctica de las ideas.
El
poeta, que siente el impulso de trascender en el tiempo actual y
permanecer en el curso de muchas épocas, no deberá insistir en lo
repetitivo (que copia la copia de la copia) haciendo lo mismo o lo
que otros maestros ya generaron, ni tampoco redundar en lo vanidoso
(con lo cual se cree que ha generado lo ‘nuevo’), sino que deberá
desenmascarar la esencia del tiempo mismo, y con ese contenido de la
realidad y su comparación actual, lograr una obra de gran
realización.
Del
mismo modo, tampoco la Literatura puede ser presentada como una copia
de la copia de la copia, como hacen ciertos ‘poetús’ (RGC),
quienes solamente calcan las ideas ajenas; es decir, la esencia en su
repetición y desarrollo se diferencia de su forma anterior histórica
y ésta forma otra calidad diferente, usando las palabras de Engels.
La
buena Literatura debe mostrar esas nuevas facetas que le regalan los
movimientos sociales, precisamente, en su FLUIR y DEVENIR constante.
Y en este acto CREADOR, es necesario comprender la relación entre lo
que se va o se muere por caduco y lo que nace como un árbol frondoso
y lleno de vida.
Cuando
observemos agudamente el dinamismo de esa relación estética -y los
escritores agudos la poseen-, estaremos también asistiendo a un
nuevo parto del anhelo constante y del ánimo creador perdurable de
la poesía de compromiso, que contiene el pasado, está en el
presente y mira hacia el futuro. Y la Literatura, asimismo, ha sido
recibida en épocas diferentes de acuerdo a los elementos materiales
y/o espirituales que históricamente la dieron contenido y forma.
Pero, la palabra que contiene nuestro tiempo nos eleva y trasciende;
y, o hace una carrera por un camino de postas, o se detiene en el
aire y toma el néctar polémico de la flor como lo hace el colibrí…
La praxis es el árbitro de lo que escribe y lo que crea el poeta;
por otra parte, poetas de pura retórica y de praxis nula, nunca
sabrán conducirse por los cauces de un objetivo elevado.
La
Poesía es un arte bello que, como un frondoso árbol, produce sus
mejores frutos en cada estación nueva, pues Ella en cada época es
diferente:
…”La
Poesía, en el tiempo global, es el lenguaje de un espacio de
oposición en la lucha que arma y desarma el propio verbo; así pues,
es la poesía, la flor siempre viva, cuyos colores y pétalos vitales
se miden en la jardinería del tiempo… Cada pétalo representa una
época transitoria, pero lo mejor de su perfume siempre queda de
forma absoluta. Ella es silenciosa, sensible, y verdaderamente la
advertimos cuando llega el anuncio de una estación a otra.” (JPQ).
La
Poesía es la Papa de la Tierra, es un Sismo Resistente de voces en
un canto de esperanza global y de vida para el ser humano y para el
Planeta. La Poesía es la Palabra de la Tierra, que siempre sirve de
herramienta imprescindible para el cambio.
El
poeta vasco-español, Gabriel Celaya (1911-1991), en la obra más
representativa de su carrera como vate comprometido con su tiempo y
su memoria, que lleva por título “La poesía es un arma
cargada de futuro”, deja un testimonio ejemplar para la
historia de la Literatura, en el contexto que hasta aquí he venido
exponiendo con la presente Ponencia:
Cuando
ya nada se espera personalmente exaltante,
mas
se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente
existiendo, ciegamente afirmado,
como
un pulso que golpea las tinieblas,
cuando
se miran de frente
los
vertiginosos ojos claros de la muerte,
se
dicen las verdades:
las
bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se
dicen los poemas
que
ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden
ser, piden ritmo,
piden
ley para aquello que sienten excesivo.
Con
la velocidad del instinto,
con
el rayo del prodigio,
como
mágica evidencia, lo real se nos convierte
en
lo idéntico a sí mismo.
Poesía
para el pobre, poesía necesaria
como
el pan de cada día,
como
el aire que exigimos trece veces por minuto,
para
ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque
vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir
que somos quien somos,
nuestros
cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos
tocando el fondo.
Maldigo
la poesía concebida como un lujo
cultural
por los neutrales
que,
lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo
la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago
mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y
canto respirando.
Canto,
y canto, y cantando más allá de mis penas
personales,
me ensancho.
Quisiera
daros vida, provocar nuevos actos,
y
calculo por eso con técnica qué puedo.
Me
siento un ingeniero del verso y un obrero
que
trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal
es mi poesía: poesía-herramienta
a
la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal
es, arma cargada de futuro expansivo
con
que te apunto al pecho.
No
es una poesía gota a gota pensada.
No
es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es
algo como el aire que todos respiramos
y
es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son
palabras que todos repetimos sintiendo
como
nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son
lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son
gritos en el cielo, y en la Tierra son actos.
Rafael Gabriel Juan
Múgica Celaya Leceta
Cendoya (Hernani, Guipúzkoa, Euskadi-España).
Desde
esta tribuna que hoy me brinda generosamente la “Sociedad
de Escritores de la Región Norte”, en esta entrañable
ciudad peruana, deseo saludar a las organizaciones y movimientos que
han contribuido al análisis de esta Ponencia, cuyos trabajos están
signados por sus características esenciales de ser las vanguardias
literarias, pero también integradas en la lucha por un mundo mejor,
más humano y solidario, y con ello me refiero a ‘Poetas del
Mundo’, ‘Isla Negra’, ‘Poetas de la Tierra y Amigos de la
Poesía’ y la propia ‘Sociedad de Poetas y Escritores de la
Región-Norte’, acá en Huacho.
Gracias,
José
Pablo Quevedo.

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